
Cualquier razón se hace impotente si trata de excitar a una inteligencia marchita
Philosophia Perennis
οὐσíα
Creatio ex nihilo o composición del mundo
Miguel Angel González Iturbe
Actualmente un amplio sector de nuestra sociedad tiende a permanecer indiferente al estudio de las cuestiones filosóficas, pero no por ello se muestra apocado al momento de discutirlas durante las conversaciones cotidianas. Aunque persiste una actitud de desacreditación de la filosofía, el ciudadano promedio se vería sorprendido si se le señalara cada una de las veces que aborda un tema de índole filosófica, porque con dicho señalamiento tomaría conciencia de que la filosofía está mucho más presente en su vida de lo que él piensa.
Uno de los temas más inquietantes es el del origen del mundo, al que la ciencia no puede dar respuesta por tratarse de un problema que la excede. Algunos filósofos han resuelto al respecto que la existencia del mundo sólo puede ser explicada como una creatio ex nihilo por obra de Dios. Me parece que ésta es la respuesta filosófica más satisfactoria al problema, no obstante que se le han planteado algunas objeciones, entre las que no falta aquella que señala que tal cosa es imposible. Quisiera realizar una breve reflexión acerca de esta posición.
Primero me gustaría indicar que el concepto de “creación” es pensable; así lo muestra el que comúnmente hablemos significativamente de creación, como cuando decimos, por ejemplo, que el artista creó su obra. A pesar de que los hechos muestran que el concepto de creación no mantiene ninguna significación contradictoria, a algunos les parece que la idea de creatio ex nihilo rompe con la lógica, y entre ellos hay quienes ejemplifican la imposibilidad de la creación diciendo que “0+0+0 = 0”, con lo que quieren dar a entender que nunca de la nada saldrá algo.
Pienso que hay una grave confusión en quienes dan este tipo de objeciones. La confusión tal vez se pudiera empezar a desvanecer si indicamos que la creatio ex nihilo (creación desde la nada) no significa que con la nada se haga algo. El creacionista, en el sentido entendido aquí, nunca ha pensado que se reúne a la nada para hacer el Mundo, como si la nada fuera la materia prima a partir de la cual trabaja Dios. El creacionista cuando piensa en la creación no piensa “nada+nada+nada = ser”, lo que sería absurdo.
¿De dónde deriva la confusión de los anti creacionistas que objetan así? Pienso que de no haberse percatado de que el concepto de “creación” es distinto del concepto de “composición” o “fabricación”. El hecho de que su contraejemplo a la creación sea que “0+0+0 = 0”, muestra que no están pensando en la creación sino en la composición o en la adición. Su visión es que la composición a partir de la nada nunca podría generar ser, y estoy totalmente de acuerdo con ellos en esto, pero, doy mi objeción, justamente la idea de “creación” es algo distinto de la idea de “composición” y, por tanto, no tiene sentido un contraejemplo que tiene a esta última como su base. Para ellos la única explicación acerca del origen del mundo es aquélla que tenga por base la composición, de lo que se deduce que desean que la respuesta que se les dé sobre este asunto sea una respuesta que no atienda a la naturaleza de la pregunta. En efecto, no aceptan sino conceptos aplicables a lo creado cuando se está tratando sobre lo que antecede a eso que es lo creado.
Retomemos la idea de la creación artística para explicarnos más. Por qué decimos que un artista crea si en realidad tan sólo compone una obra, ya sea ésta musical, escultórica, pictórica, etc. El artista trabaja sobre materiales prexistentes a su obra, los cuales usa como materia prima, reuniéndola bajo ciertas disposiciones y orden para la producción de su obra; pero esto no es crear. No es por esto por lo que se dice que el artista crea su obra. No creemos que el artista sea un creador porque pensemos que crea los materiales con los que trabajará, decimos que es un creador porque, a pesar de que usa materiales preexistentes, origina con su actividad espiritual una idea nueva, inexistente hasta antes, que es el arquetipo de su obra. Hasta antes de Mozart, la música de Amadeus, con los sonidos así dispuestos y ordenados bajo el dictado de su genio, no existía. En ese sentido es en el que el artista es un creador.
Sébastien Faure, el filósofo anarquista, quien fue uno de los que tienen por inconcebible la creación y dio una serie de doce supuestas pruebas contra la existencia de Dios, parece haber cometido el error que he indicado. Resumo a continuación la idea de su primer argumento contra la existencia de Dios (el lector puede consultar para corroborar fácilmente esto y no es necesario que cite aquí alguna edición en especial de la exposición de los doce argumentos).
1. “Crear” es sacar algo de la nada. Es hacer con nada alguna cosa. Es llamar a la nada a ser.”
2. Pero esto es inconcebible.
3. Por tanto, la creación es un absurdo y un Dios creador no puede existir.
Fauré dice que la creación es “sacar algo de la nada” (hasta aquí vamos bien, pues efectivamente hay verdad en eso), pero luego dice que también es “hacer con nada alguna cosa” y “llamar a la nada a ser” (y esto ya nada tiene que ver con la creación). Fauré no se da cuenta de que estas ideas son totalmente distintas. La idea de sacar algo de la nada es radicalmente otra de la idea de hacer con la nada alguna cosa. ¿Por qué? Porque la creación es sacar algo de la nada en el sentido de que antes de que existiera lo creado, no existía aquello que es creado, no en el sentido de que con la nada se haga algo.
La creación, que quede claro, no es hacer con la nada algo. Pensar así es tener la idea de que crear es componer a partir de la nada, es sustituir el concepto de “creación” por el concepto de “composición”. Pero ya hemos indicado que “crear” y “componer” son ideas distintas. La supuesta prueba de Fauré es en realidad un prejuicio ridículo, y en el fondo lo que se dice es que como crear no es componer, entonces la creación no puede ser, y, por tanto, no existe Dios, quien es el creador. Pero entonces ya no se objeta a la creatio ex nihilo sino a la compositio ex nihilo.
Desde luego que es imposible pensar la composición de algo no teniendo nada, pero no es imposible pensar que algo empiece a existir. Por tanto, la creación no se opone a la idea de ex nihilo nihil fit (nada surge de la nada, o de la nada, nada sale), pero hay que saber entenderla. La manera correcta de entender el principio de ex nihilo nihil fit es “la nada no es capaz de generar algo”, lo cual es verdadero. Ahora bien, cuando se habla de creatio ex nihilo no se habla de que la nada genera el mundo, sino que Dios hace existir el mundo que hasta entonces no existía, lo cual es perfectamente lógico y de hecho es exigido por el mismo principio que mencionamos. Incluso más, el que piensa que la creación es imposible basándose en el principio de que “de la nada, nada sale” es porque no ha entendido dicho principio. Entendido correctamente éste está a favor de la creación y no en su contra. En efecto, exige que un ser que no tiene en sí mismo la razón de su existencia, como lo es el Mundo, tenga su razón en otro, porque de la nada, nada sale.
El mundo no ha existido siempre, pues si fuera eterno no habría cambio en él, pero es así que hay cambio. Ahora, como la nada no es capaz de generar nada, pero el mundo existe, entonces el mundo depende ontológicamente de otro ser distinto de él mismo. Este ser tiene que tener su razón de existencia en sí mismo, para ser otro ser distinto del mundo, y ser inmutable, pues de lo contrario no sería otro. Si este ser es inmutable y tiene la razón de su ser en sí mismo, entonces es eterno y necesario. Ahora, lo que es eterno y necesario no cambia y existe desde siempre; luego, si el mundo empieza a existir y el ser eterno existe desde siempre, entonces el mundo es llamado a la existencia o hecho participe del Ser eterno, sin que esto implique movimiento ni partición del Ser eterno. Por tanto, la creación. Es ésta, a mi modo de ver, una aplicación correcta del principio ex nihilo nihil fit.